Dependo de este caos, de esta lluvia interna (más bien granizo de agua salada).Es bonito pensar que algún día conseguiré a alguien que me agarre y no me suelte. O que por lo menos no me deje con las manos vacías. O que por lo menos lo encuentres tú.
Estoy ebria de tu vacío.
Queriendo meterle mano a ese tarro con galletas y trocitos de chocolate. O a un café caliente con doble de azúcar.
Tener los dedos manchados de tinta, algún dibujo al borde del papel, esquinas de los libros dobladas con párrafos que me recuerdan a ti, mi mesa hecha un desastre porque hace días que no espera visitas, con un moño mal hecho y la raya corrida, tapas de bolígrafos que parecen estar roídas por un ratón, sábanas heladas y un montón de fotos descolgadas.
En eso se resumen mis días. Y mi (no)vida desde que tú ya no estás.
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