sábado, 26 de diciembre de 2015

Poema inacabado

Todos hemos tropezado con la misma piedra,
y quien diga que no
que no la tire, que la necesitará.

Porque existen amores que valen la pena.
Literalmente: valen su pena.
Sangran y sacian simétricamente,
que no puedes no querer,
que valen su herida en oro.

Son amores con mascarilla,
a los que no puedes hablar a la cara
sin que te tosan.
Son el peso de la última página.
Que se convierten en pinzas de tender,
a veces secan la tristeza
y otras la dejan caer.

Amores sin vallas,
a doble altura,
listos para entrar a sufrir,
con vistas a la esperanza de reformarlo.