sábado, 29 de noviembre de 2014

Vuelve a llover

... y la lluvia es un perfeto lugar para escribir.
Dice Pedro Pastor.

Aquí estoy,
aquí vuelvo,
y vuelo,
y déjate llevar conmigo
que vivir la pena es gratis
aunque el tiempo nos cobre factura.

Tú no hagas caso
más que a los cantautores, poetas deprimidos,
camareros de más de 50
y madres. Claro.
Y qué oscuro está el cielo
el día que elijo volver a dejarme llover.
Y qué bonitas las hojas
ahí tiradas y empapadas
esperando la foto.

Déjate caer,
que las nubes no duelen tanto como dicen.
Te puedes arropar con ellas
de la infinidad del cielo.
Estarás seguro
a su altura
porque la caída es libre
y tuya.

Puedes elegir,
si quieres volver
o quedarte ahí arriba viéndolas pasar.
Si quieres vivir
o mirar cómo sienten otros.

Porque todo pasa,
y nos pasa a todos.
Te lo digo yo,
que todavía me quedan
teatros que disfrutar, libros que devorar,
copas de alcohol que no beber
y besos de buenas noches que desear,
pero parece que ya se me agota el aliento
sin un papel que empapar
de lluvia.
De mi propia lluvia.



viernes, 2 de mayo de 2014

Hace un día perfecto para enamorarse del amor.

Un día más
en el que sabemos que quedan menos horas para vernos,
pero también nos queda un día menos de vida juntos.

Una tarde
dedicada a ver cómo se esconde el sol
o a ver vídeos de conciertos soñando que podrás ir
cualquier otro día.

Y suerte a aquella que se ha puesto falda
con la esperanza de acabar con las medias rotas en el suelo,
que estoy segura de que alguien la necesita.

Siempre me han dicho que el amor no sabe de edades
ni de razas ni de sexos ni de distancia.
Yo creo que el amor es un egoísta ignorante.
Que nos contagia, nos duele,
y nos da la vida.
Y por eso se nos hace tan irresistible.

Nos enamoramos totalmente de verdad
de las mentiras
y esperamos dejar de temblar con el tiempo
cuando nos llama para invitarnos a una cerveza.
Pero sigo creyendo y temblando,
y enamorándome de cada uno de tus defectos.

He dejado de decir
''no te vayas''
para susurrar siempre
''vente conmigo''.

Y cuando me preguntas que por qué te miro tanto
y yo sólo sonrío,
no te enfades,
es que la sonrisa es la respuesta,
y el beso de después
es el que debería haberte dado antes.

Ya no hay cielo que tocar con las manos
porque lo bajas tú.
O porque lo eres tú.
No sé.

Esta noche,
en vez de querer matar tus monstruos,
me he metido con ellos debajo de tu cama
para verte dormir
(y así entendí por qué no se querían ir de ahí).



domingo, 13 de abril de 2014

A un Don Nadie.

Voy a hacerte poesía.
Pero no hoy.

Serás flor, polen, vestido, batido, primavera. Y ya estás aquí. Puedo acariciarte con la punta de los dedos y oigo tus latidos, apoyada en el aire. Puedo bailarte, cantarte y hacerte guitarra. Serás música. La canción más cursi y la más enfadada con el mundo, la más pegadiza y a la que más asco la tenga, clave de Sol, la negra y la blanca, como la vacía y la llena. Como haces conmigo, llenarme.

Hoy serás vaho y te dibujaré en el cristal. Te desharé en la mampara de la ducha y te haré otra vez frente a la ventana. Que todos lo vean. Tú sonríe fuerte. Serás boca y también ojos. Miradas cómplices, deterioradas, dolorosas, sexuales, brillantes.

Serás montaña por la que sale el sol, río por el que baja la vida y mar por el que vivo yo. Aunque también serás el edificio más alto para hacerse fotos, el más bajito para ver los desfiles, la rotonda principal de mi ciudad. La contaminación que roce el cielo y el asfalto que pise y bese, el ruido y el silencio. Pero siempre serás nación y te llevaré por bandera.
Serás Libertad 8 y toda la magia que creas. Serás café, aplausos y todo el público cantando a coro. Serás el tiempo. Cada manecilla del reloj la controlarás tú, así que si un día se te olvida moverte, no importa, si estoy delante tuya mirándote. Serás la estación de tren en la que valió la pena esperar, el último beso antes de irse y el 'quédate' que duela pero guste.

Y joder, qué guapo estás hoy.
Y menuda mierda si no te puedo abrazar.

Serás el último suspiro y el primer vistazo al otro lado de la almohada. Esa almohada tan mimada, tan suspirada, tan tuya. Serás el espejo donde mirarme cada mañana para colocarme el flequillo o para pintarme los ojos. Serás temblor y suspiro y caricia y beso y mordisco y cada poro de mi piel será tuyo.

Volverás a ser pluma y tinta, también papel y piel, te combinaré. Serás la carta que guardo en mi mesilla de noche por si algún día me da por salir a la calle disfrazada de valiente. Serás tiempo verbal y conjugación.

Serás todo sentimiento,
mi amor.


Y seas quien seas, 
estés donde estés,
siempre serás poesía.

domingo, 9 de marzo de 2014

El primer rayo de sol de la primavera.

Cuando ando descalza por el pasillo,
sin unos ojos clavados en los hombros,
me siento enorme.
Siento la libertad aferrada a mis tobillos
cuando bailo
chocándome con la lámpara.

Y ahora me quiero más a mí misma
por haberte ganado a ti,
mi amor.

Decía ''yo solo tengo ojos para ti''
y me quedé ciega.
Supongo que por eso tardé en ver
la felicidad más allá de tu boca.
Pero ahora ya no importa,
porque hoy llevo medias.

Y apuro la última calada
de este invierno
que te trajo a mí.

Sonrío como nunca
cuando veo el sol asomarse el 21 de marzo
a darme vida,
y a quitarme capas de ropa.
Pienso en las flores,
en acabarme ya ese libro
y en los helados.

Y pienso
en que si algo me tiene que matar
que sea el amor.
Que sin él no vivo,
y con él tampoco me apaño.
Pero le quiero,
y me quiero por él.

domingo, 2 de marzo de 2014

Bebe fría la cerveza pa' acordarse de sus labios.

Bebo tinto en vasos franceses,
enciendo el incienso los domingos,
me pongo siempre medias negras,
y escucho Extremoduro cuando hago las paces con la vida.

Soy la que tiene alas gracias a la palabra,
pero que odia los pájaros,
la que siempre tiene una metáfora en el bolsillo trasero.

Esta soy yo.

Esta es la eterna yo
que no necesita un .

domingo, 9 de febrero de 2014

Bajas tú o subo yo.

Baja la persiana, que no nos vea el Mundo.
Que la Luna se pondrá celosa si me ve abrazada a ti.
O las farolas se morirán por querer probar tus labios.

Bájala del todo.
Que no se cuele ni un rayito del sol, que hoy sólo te rozo yo.
Y que ni siquiera entre ruido, que nosotros vamos a gritar más que los de ahí afuera.

Bájate tú de ese Cielo que tanto prometes
y nunca cumples.

Bájame a mí la barbilla para besarme la nariz
o acariciarme por detrás de las orejas.

Bájate los humos
que sube el pan.

Sube la música.
Quiero sentir cómo respiras al ritmo de The Police.
Quiero ver mi vello erizado en los estribillos.

Sube la cabeza para que pueda devorarte el cuello.
O simplemente desearlo.

Súbete un par de cervezas con limón,
y coge algo para ti también con las vueltas.

Súbeme a la montaña más alta de toda la sierra
para alzar el vuelo
a ese Cielo que tanto prometes
y luego nunca cumples.



lunes, 3 de febrero de 2014

Siento, luego existo.

Pienso en la vida que voy a perder si te dejo cruzar la calle.
Pienso en ese algo que se quemó por dentro del caparazón.
Pienso en esperarte desesperadamente.

Dudo de la puntualidad del amor,
creo en la dulzura de los besos amargos.

Duermo soñando que vuelves para verme,
despierto con la pesadilla de la realidad.

Yo llego siempre tarde,
tú te vas siempre antes.

Pienso en que no volveré a hablar de ti en el desayuno.
Pienso en que a veces siempre dueles.

Entras en todos los tiempos del indicativo,
te sales de todas las formas en las que pueda mencionarte.

Existo entre líneas,
desaparezco aquí también.

Tú eres el Quiero,
yo soy el No puedo.

Pienso en ti,
y luego nada.

miércoles, 22 de enero de 2014

Paréntesis.

Ahora que tu ausencia me hace compañía.
Ahora que la nostalgia me parece hasta bonita.
Ahora que sólo tengo canciones tristes.
Ahora, vuelvo a escribirte entre paréntesis.

Luego, quizá me arrepienta de llenar el folio de frases y no de lágrimas,
pero eso qué más me da ahora.
Ahora sólo quiero escribir(te) sobre perder(nos).
Perder la cabeza y las ganas de tenerla.
Perder más por quererte a ti que por cuidarme a mí.
Perderme yo en tu boca,
perderme cómo amanece por verte despertar a ti,
perderme mil veces antes de perder tu sonrisa reflejada en mis ojos.
Pero no te pierdas tú,
por favor.
No me hagas ir a buscarte a mi corazón,
donde un día (tonta yo) dejé que te colaras
y que tomaras tú el mando.
No me hagas ir a buscarte a el cajón donde guardo las cartas,
que ahí tengo todos los recuerdos desordenados
(y prefiero no guardarte sólo ahí).
No me hagas ir a buscarte
que sabes que yo nunca he sido valiente
para encontrar(me).

Ahora,
sigues siendo mi eterna despedida,
mi suspiro al cristal,
la pólvora que enciende la llama del (estúpido) amor,
la mierda de siempre.

(Siempre tú).

jueves, 2 de enero de 2014

De título 'no sé'.

Hoy no es domingo y estoy escribiendo.
Supongo que algo estaré haciendo bien con mi vida porque hoy no siento esa necesidad de ahogarme para desahogarme aquí.
Supongo que algo tendré que seguir escribiendo si sigue habiendo enamorados, poesía, cielo, paradas de Metro y memorias.
Supongo que algo querré si siento estas mariposas en el estómago, que antes eran capullos.

Escribo y borro.
Porque no sé cómo empezar a contaros que voy a volver a empezar,
escribo porque siento la necesidad de hacerlo
y borro porque no sé cómo decir que no tengo nada que decir con palabras bonitas.

Escribo y borro.
Porque salvo los días lluviosos de mi calendario,
escribo con bases de canciones
y borro con sangre fría y las manos calientes.

Escribo y borro.
Porque no sé cómo salvarme de ésta ni con quién,
escribo porque te abro mi corazón
y borro por si te cuelas dentro.

Te escribo
y me borro.