sábado, 9 de noviembre de 2013

Declaración de desamor.

Jamás pensé que mereciésemos el cielo, aunque tú me lo prometieses a cada paso.
Siempre que fuera contigo me daba igual ir al infierno.
Pero yo sigo en la Tierra.
Y tú te has ido.

Y hoy te echa de menos la tacita de té. La lamparilla añora a tu sombra, el teclado tus dedos, pero no sé si tanto como extraña mi alfombra tu espalda.
Mis manos echan de menos tu pelo y tu cuello y tu ombligo. Y mi dolor echa de menos que le seas infiel.
Dile a tu clavícula que lo siento, que todos esos mordisquitos llevaban más parte de vicio que de amor. Pídele perdón a tu cabecero por querer romperlo. Excúsame con tus oídos porque han tenido que escuchar demasiadas tonterías como estas.
Háblale a tus bolígrafos de cómo será de larga su existencia ahora que no estoy yo para gastarlos hablando de magia. Cuéntale a la furgoneta que ya no habrá más escapadas exprés para ver llover en el norte o para pasear por la playa al sur. Dile a tu bañera que no se preocupe, que ya no sufrirá más de romanticismo.
Vuelve para abrazarme tan fuerte que mis costillas sientan tu piel, que tus susurros me hagan cosquillas en la oreja mientras murmuras palabras que sean solo para mí. 
Vuelve a permitirle a tu risa que inunde mi pecho de satisfacción.
Vuelve para gritarle a los ángeles que el cielo no es límite.
Vuelve para robarle el caballo al jinete de la muerte y así vuelvas, no aquí, sino a mí.

Me declaraste la guerra,
aunque la G no se presentase con Gusto,
aunque la U se fue en busca de Ultraje,
aunque a la E no se la vió muy Emocionada,
aunque las RR no fueron capaces de Repartir tu Risa,
aunque la A no te quiso traer de vuelta Aquí, conmigo.


Texto con ayuda de @97_rocio ]

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