Aún tengo huecos en el alma que llenar.
Porque este vacío, tu vacío, parece que se ha agarrado fuerte a mí. Y me recuerda mucho a ti. Tiene la facilidad que tenías tú de hacerme tener ganas de escribir.
Aún se escucha eco en mi interior.
Y aún necesito encontrar la forma de dejar de necesitar.
Los primeros rayos de sol asoman tímidamente por mi persiana todas las mañanas para preguntarle a mi almohada por mí. Y ella, agotada de tantas tormentas nocturnas y morales, siempre responde ''ahora solo me abraza a mí''.
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