sábado, 10 de noviembre de 2012

Lo que mi cama calla lo hablo con la almohada.



Mientras tú lloras la luna te mira, intacta. Mientras tus lágrimas recorren cada milímetro de tus mejillas, tu almohada te consuela como fiel amiga, o solo como compañera, no sé. No más charlas sentados en tu cama, ni más 'vamos a tomarnos algo' para volver a las tantas, ni más besos en la frente que te hacían sentir esa libertad en el pecho, ni más navidades todos juntos, ni más nada, solo recuerdos. Jamás olvidarás esa forma que tenía de arroparte con su tierna voz cada vez que necesitabas a alguien para hablar. Siempre estaba dispuesto a tenderte una de sus manos con las que transmitía tanta fuerza como calor. Su sonrisa siempre al frente, siempre... Así le recordarás, feliz. Porque dicen que alguien no se muere hasta que se le olvida, dicen. Todo pasa demasiado rápido, casi sin darnos cuenta. Como un puto soplo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario